Agradesco el buen recibimiento del primer capitulo de esta historia en audio y me animo a crear la segunda parte, con algunas mejoras.( Como todo en la vida, practicando se mejora)
Ojala sea de su agrado, para seguir publicano estos archivos de audio.
Por cierto, historias nuevas tengo varias en borrador, espero publicar pronto.
Archivo De Audio
Descarga Desde Aqui
Ojala sea de su agrado, para seguir publicano estos archivos de audio.
Por cierto, historias nuevas tengo varias en borrador, espero publicar pronto.
Archivo De Audio
Descarga Desde Aqui
¿Conquistas? II
Sin pensar, pregunte. ¿Me regalas un beso?- Me miro sin sorprenderse y negó con la cabeza.-¿Puedo saber por que?
-Tengo novio... y nos queremos casar.
-¡Oh!- Guardamos silencio, pero no soltamos el abrazo, De pronto dijo- Y no te atrevas a querer besarme a fuerza.
-¿Besarte a fuerza? No entiendo, ¿Es algo así? -Y acerque mi boca a su cara, la cual de inmediato alejo de mi y ya estábamos forcejeando nuevamente.
- Te dije que no. A mi nadie me ha podido besar a fuerza.
-Te acabo de besar el cachete.
-Ese no vale.- Mirándome a los ojos con una expresión traviesa, que invitaba a continuar- Para que sea un beso, tiene que ser en la boca.
-¿Como este?- y trate de besarla rápidamente, pero nuevamente me esquivo.
- No chiquito. No es tan fácil. Fíjate.-Disimuladamente, le tome con mi mano izquierda, la mano que tenia en mi cintura. Preparando una ofensiva de la cual, le seria difícil escapar
- Solo es cosa de usar las manos.
-Tu sólito te atrapaste- me dijo mientras apretaba mis manos. Yo simplemente deje caer el cuerpo hacia atrás arrastrándola conmigo. Quedamos tendidos de espaldas, su brazo izquierdo bajo mi cuerpo, estaba imposibilitado para accionar y su mano derecha enlazada a la mía tampoco seria de mucha utilidad. Al comprender mi ventaja, se alarmo cantidad y el miedo asomo en su mirada, sin que ella hiciera por disimularlo.- Creo que estas perdida.-Puntualice.- ¿Quieres rendirte, ya?
- Es trampa- Protesto, pero la opción de rendirse le hizo saber que no pensaba obligarla y pareció relajarse- Suéltame las manos y veras. - Amenazo.
- No creo. Pensándolo bien, voy a besarte hasta que te rindas.
- Inténtalo. Dudo que puedas.- Puse mi mano en su mejilla y me prepare para besarla, pero de inmediato volteo la cara hacia un lado y luego hacia el otro, recostados en la cama atravesados, nuestros pies quedaron colgando y de pronto los uso para impulsarse y trataba de liberar el brazo que tenia bajo mi cuerpo, sin dejar de poner la boca fuera de mi alcance. En el forcejeo temí lastimarla e intente negociar.-Mira no te vaya a lastimar, te propongo un trato. Te libero a cambio de tres deliciosos besos.-Me miro fijamente y en un susurro expreso.- No, chiquito. Yo no soy como los inditos que espantaste en la subida, a mi no me espantas platicando.- Me levante a medias e incline mi rostro sobre ella. Mi mano se poso suavemente sobre uno de sus senos y de pronto dejo de sacudirse, yo apreté suavemente un instante y luego deslice la mano hasta su cuello en espera de sus reclamos. Sus ojos estaban fijos en los míos y no dijo nada, al sentir mi mano descender hacia su pecho nuevamente, su respiración se acelero y al sentir el contacto enterró su rostro en mi cuello, su silencio me animo a continuar y ataque los botones superiores de la blusa sin encontrar la menor resistencia, mi mano se introdujo por la parte superior de su brassier y la escuche protestar muy bajito- No, no.- el calor de su aliento en mi cuello me produjo una oleada de placer y tomando su brassier por la cinta inferior lo jale hacia arriba. Sus pechos se liberaron de inmediato y ella exclamo- ¡Oh!.- Al parecer sorprendida por la maniobra. Yo al ver sus pezones me sorprendí también. Eran sumamente pequeños y parecían querer esconderse, entre la carne del busto, la aureola que los rodeaba era de un color rosa, que me hizo preguntarme- ¿Es Virgen?-(A mi mente vino una conversación, con los maestros de obra cuando era ayudante de pintor. Don Margarito, nos contaba una de sus aventuras.-....Y cuando la encuere me di cuenta que llevaba harto tiempo sin que se la cogieran....
-¿Y como supo eso?- Interrumpí, interesado.
- Pos, en las chichis se ve, no seas wey. Una vieja con las chichis rositas, lleva buen rato sin coger. Si las tiene negritas es que anda coge y coge. Las casadas las tienen negritas.- Sonriendo a los demás mayores, que asentían silenciosamente, avalando la veracidad del comentario.- No me preguntes por que. Pa'pronto no se. Pero así es. Si sus chavas las tienen negras, mejor vayan pensando en otra vieja, por que a esas se las andan cogiendo, Su patrón o alguno de sus primos.)
El descubrimiento, de su falta de actividad me motivo cantidad y me sentí aun mas afortunado.
Bese sus pezones y la sentí suspirar suavemente acaricie su vientre mientras besaba sus pechos y de pronto me dijo.- No me vayas a agarrar "Ahí", por favor, "Ahí “no, por favor- El mensaje fue recibido por mi cerebro, procesado y reenviado a mi mano, la cual sin perder un segundo se poso en su entrepierna y a pesar de la mezclilla, pude notar el calor en su interior. Ella proyecto su pelvis contra mi mano y yo la acaricie frenéticamente. Nuevamente forcejeamos. Esta vez, mas para acercarnos. Ataque su cinturón y rápidamente logre quitar el seguro, sin recibir respuesta de su parte pero cuando libere el botón, sus fuerzas se redoblaron y forcejeo de forma tal, que renovó mi temor de lastimarla. Por lo que exclame- ¡Ya. Tranquis¡ Si quieres te suelto pero no te retuerzas o te vas a lastimar.
-Pues claro que quiero que me sueltes ¿Que te piensas? ¿Que me gusta? ¡Mira nomás, ya me encueraste toda!- Al sentirse libre se levanto rápidamente y se alejo unos tres pasos, y se detuvo a arreglar su ropa. Ni siquiera se dignaba a mirarme y me pregunte ¿En que momento la regué y de que manera podría retenerla? (Recordé otro consejo de pintor. Este de Don Silvestre - Cuando, una vieja se hace la difícil y se te va, es por que eres un pendejo, que no se sabe el truco de "La Vela".
-¿El Truco de "La Vela"? ¿Cual es ese, Don Silver?- La risa de Toño, el albañil, indicaba que, o el ya se lo sabia o que yo estaba siendo muy obvio en mi interés.
-Se me hace, que ya se te ha ido viva alguna palomita, pinché Noé - Exclamo divertido, Lupe "El Karateca". Yo de 17 años, no estaba como para discutir mis proezas con una bola de cabrones que ya estaban hasta casados y preferí guardar silencio.
- No lo estén chingando, si no se la sabe, mejor es explicarle. ¿O no chavo? - Asentí en silencio y Don Silver vertió una gota de sabiduría que yo bebí ávidamente- Las mujer que te ve "La Reata" esta perdida, si se la enseñas tiene que agarrarla y si la agarra tiene que metérsela. Por eso es que no ves a las viejas manoseándonos en el metro o en el camión. Ellas, si agarran ya no sueltan.
-¿Como los perros Bulldog?- Interrogo el cuino y nos cagamos de la risa todos.
- Y ¿Por que se llama de "La Vela".
- Por Verla wey, De verla. Chingao.) Me levante apresuradamente y con torpeza me baje el cierre del pantalón vaquero. Ella escucho el sonido y detuvo sus movimientos, yo desesperado trataba de sacar mi miembro, de su prisión pero el nerviosismo y la prisa me entorpecían, ella se volvió hacia mi preguntando -¿Que haces? y al verme exclamo-¡Ay! ¡No lo vayas a sacar, por favor! ¡No lo saques!- Y ya estaba junto a mi, como queriendo evitar que lo sacara, pero ayudándome a hacerlo- ¿Por que, eres así? ¿Por que tenias que sacarte "esto"? Pregunto, apretando mi miembro en su mano, aun con la tela de la trusa de por medio.
-Tengo novio... y nos queremos casar.
-¡Oh!- Guardamos silencio, pero no soltamos el abrazo, De pronto dijo- Y no te atrevas a querer besarme a fuerza.
-¿Besarte a fuerza? No entiendo, ¿Es algo así? -Y acerque mi boca a su cara, la cual de inmediato alejo de mi y ya estábamos forcejeando nuevamente.
- Te dije que no. A mi nadie me ha podido besar a fuerza.
-Te acabo de besar el cachete.
-Ese no vale.- Mirándome a los ojos con una expresión traviesa, que invitaba a continuar- Para que sea un beso, tiene que ser en la boca.
-¿Como este?- y trate de besarla rápidamente, pero nuevamente me esquivo.
- No chiquito. No es tan fácil. Fíjate.-Disimuladamente, le tome con mi mano izquierda, la mano que tenia en mi cintura. Preparando una ofensiva de la cual, le seria difícil escapar
- Solo es cosa de usar las manos.
-Tu sólito te atrapaste- me dijo mientras apretaba mis manos. Yo simplemente deje caer el cuerpo hacia atrás arrastrándola conmigo. Quedamos tendidos de espaldas, su brazo izquierdo bajo mi cuerpo, estaba imposibilitado para accionar y su mano derecha enlazada a la mía tampoco seria de mucha utilidad. Al comprender mi ventaja, se alarmo cantidad y el miedo asomo en su mirada, sin que ella hiciera por disimularlo.- Creo que estas perdida.-Puntualice.- ¿Quieres rendirte, ya?
- Es trampa- Protesto, pero la opción de rendirse le hizo saber que no pensaba obligarla y pareció relajarse- Suéltame las manos y veras. - Amenazo.
- No creo. Pensándolo bien, voy a besarte hasta que te rindas.
- Inténtalo. Dudo que puedas.- Puse mi mano en su mejilla y me prepare para besarla, pero de inmediato volteo la cara hacia un lado y luego hacia el otro, recostados en la cama atravesados, nuestros pies quedaron colgando y de pronto los uso para impulsarse y trataba de liberar el brazo que tenia bajo mi cuerpo, sin dejar de poner la boca fuera de mi alcance. En el forcejeo temí lastimarla e intente negociar.-Mira no te vaya a lastimar, te propongo un trato. Te libero a cambio de tres deliciosos besos.-Me miro fijamente y en un susurro expreso.- No, chiquito. Yo no soy como los inditos que espantaste en la subida, a mi no me espantas platicando.- Me levante a medias e incline mi rostro sobre ella. Mi mano se poso suavemente sobre uno de sus senos y de pronto dejo de sacudirse, yo apreté suavemente un instante y luego deslice la mano hasta su cuello en espera de sus reclamos. Sus ojos estaban fijos en los míos y no dijo nada, al sentir mi mano descender hacia su pecho nuevamente, su respiración se acelero y al sentir el contacto enterró su rostro en mi cuello, su silencio me animo a continuar y ataque los botones superiores de la blusa sin encontrar la menor resistencia, mi mano se introdujo por la parte superior de su brassier y la escuche protestar muy bajito- No, no.- el calor de su aliento en mi cuello me produjo una oleada de placer y tomando su brassier por la cinta inferior lo jale hacia arriba. Sus pechos se liberaron de inmediato y ella exclamo- ¡Oh!.- Al parecer sorprendida por la maniobra. Yo al ver sus pezones me sorprendí también. Eran sumamente pequeños y parecían querer esconderse, entre la carne del busto, la aureola que los rodeaba era de un color rosa, que me hizo preguntarme- ¿Es Virgen?-(A mi mente vino una conversación, con los maestros de obra cuando era ayudante de pintor. Don Margarito, nos contaba una de sus aventuras.-....Y cuando la encuere me di cuenta que llevaba harto tiempo sin que se la cogieran....
-¿Y como supo eso?- Interrumpí, interesado.
- Pos, en las chichis se ve, no seas wey. Una vieja con las chichis rositas, lleva buen rato sin coger. Si las tiene negritas es que anda coge y coge. Las casadas las tienen negritas.- Sonriendo a los demás mayores, que asentían silenciosamente, avalando la veracidad del comentario.- No me preguntes por que. Pa'pronto no se. Pero así es. Si sus chavas las tienen negras, mejor vayan pensando en otra vieja, por que a esas se las andan cogiendo, Su patrón o alguno de sus primos.)
El descubrimiento, de su falta de actividad me motivo cantidad y me sentí aun mas afortunado.
Bese sus pezones y la sentí suspirar suavemente acaricie su vientre mientras besaba sus pechos y de pronto me dijo.- No me vayas a agarrar "Ahí", por favor, "Ahí “no, por favor- El mensaje fue recibido por mi cerebro, procesado y reenviado a mi mano, la cual sin perder un segundo se poso en su entrepierna y a pesar de la mezclilla, pude notar el calor en su interior. Ella proyecto su pelvis contra mi mano y yo la acaricie frenéticamente. Nuevamente forcejeamos. Esta vez, mas para acercarnos. Ataque su cinturón y rápidamente logre quitar el seguro, sin recibir respuesta de su parte pero cuando libere el botón, sus fuerzas se redoblaron y forcejeo de forma tal, que renovó mi temor de lastimarla. Por lo que exclame- ¡Ya. Tranquis¡ Si quieres te suelto pero no te retuerzas o te vas a lastimar.
-Pues claro que quiero que me sueltes ¿Que te piensas? ¿Que me gusta? ¡Mira nomás, ya me encueraste toda!- Al sentirse libre se levanto rápidamente y se alejo unos tres pasos, y se detuvo a arreglar su ropa. Ni siquiera se dignaba a mirarme y me pregunte ¿En que momento la regué y de que manera podría retenerla? (Recordé otro consejo de pintor. Este de Don Silvestre - Cuando, una vieja se hace la difícil y se te va, es por que eres un pendejo, que no se sabe el truco de "La Vela".
-¿El Truco de "La Vela"? ¿Cual es ese, Don Silver?- La risa de Toño, el albañil, indicaba que, o el ya se lo sabia o que yo estaba siendo muy obvio en mi interés.
-Se me hace, que ya se te ha ido viva alguna palomita, pinché Noé - Exclamo divertido, Lupe "El Karateca". Yo de 17 años, no estaba como para discutir mis proezas con una bola de cabrones que ya estaban hasta casados y preferí guardar silencio.
- No lo estén chingando, si no se la sabe, mejor es explicarle. ¿O no chavo? - Asentí en silencio y Don Silver vertió una gota de sabiduría que yo bebí ávidamente- Las mujer que te ve "La Reata" esta perdida, si se la enseñas tiene que agarrarla y si la agarra tiene que metérsela. Por eso es que no ves a las viejas manoseándonos en el metro o en el camión. Ellas, si agarran ya no sueltan.
-¿Como los perros Bulldog?- Interrogo el cuino y nos cagamos de la risa todos.
- Y ¿Por que se llama de "La Vela".
- Por Verla wey, De verla. Chingao.) Me levante apresuradamente y con torpeza me baje el cierre del pantalón vaquero. Ella escucho el sonido y detuvo sus movimientos, yo desesperado trataba de sacar mi miembro, de su prisión pero el nerviosismo y la prisa me entorpecían, ella se volvió hacia mi preguntando -¿Que haces? y al verme exclamo-¡Ay! ¡No lo vayas a sacar, por favor! ¡No lo saques!- Y ya estaba junto a mi, como queriendo evitar que lo sacara, pero ayudándome a hacerlo- ¿Por que, eres así? ¿Por que tenias que sacarte "esto"? Pregunto, apretando mi miembro en su mano, aun con la tela de la trusa de por medio.